La apnea del sueño es peligrosa ya que dejar de respirar mientras se duerme puede provocar daños graves.

La apnea del sueño puede provocar una respiración intensa y ruidosa mientras el individuo duerme.

Una buena noche de sueño es importante para recargar la fuerza del cuerpo. Sin embargo, varias personas tienen dificultad para dormir o incluso tienen un trastorno relacionado con el sueño y no lo saben. Como consecuencia, se despiertan cansados e indispuestos, lo que dificulta la realización de las tareas del día a día.

El sueño se ve afectado por algunos cambios dinámicos que tienen lugar en todo el cuerpo. Se compone de distintas fases y, según los expertos, a medida que las atraviesas, la respiración, la temperatura corporal y la presión arterial suben o bajan.

La preocupación muscular a menudo sigue siendo la misma que cuando comenzó, con la ventaja del ciclo de sueño REM, que representa hasta una cuarta parte del sueño de una persona. En este ciclo, la mayoría de los grupos musculares tienen una disminución del estrés.

Sin embargo, si los músculos de la garganta descansan demasiado, puede terminar bloqueando las vías respiratorias. El resultado de esto se llama apnea obstructiva del sueño. La apnea hace que el suministro de aire se interrumpa incesantemente, provocando una caída en los niveles de gases en sangre. El individuo que tiene apnea está jadeando y se mueve tratando de respirar. Esto puede suceder muchas veces durante la noche. El daño causado por la dificultad puede ser bastante grave.

El trastorno ejerce presión sobre uno de los órganos nobles, el corazón, que se encarga de bombear la sangre con mayor rapidez para tratar de gratificar los gases del cuerpo. El nivel irregular de gas en el cuerpo puede hacer que se acumule placa en las arterias. Esto hace que el individuo tenga un mayor riesgo de tener complicaciones cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares e hipertensión.

En diciembre de 1990, la Oficina Nacional de Investigación sobre los Trastornos del Sueño de los Estados Unidos llegó a una estimación de que unos 38.000 estadounidenses pierden la vida cada año como resultado de una enfermedad cardíaca agravada por la apnea. De manera similar, hay evidencia de que el trastorno influye en el metabolismo de la dextrosa al promover la resistencia a la insulina.

Esto, en consecuencia, lleva a la persona a reproducir la diabetes tipo 2. Además, puede terminar favoreciendo el aumento de peso. Las personas que padecen esta dificultad a menudo están cansadas, ya que no duermen bien por la noche, lo que lleva a una memoria reducida, estrés e impaciencia.